jueves, 13 de agosto de 2015

Shrek, el musical

La cuestión sobre “Shrek, el musical” era saber en primera instancia, si un producto bien de estilo Broadway, podía funcionar en nuestra cartelera porteña. Porque su público en principio estaba muy abierto. Obra infantil en un formato para grandes, con personajes de dibujitos pero comprometidos a una duración que excede la atención de los más chiquitos. Sin embargo, su resultado es óptimo, por lo que todas las dudas de antemano, se disipan rápidamente. El todo es absoluto. Y se disfruta, de principio a fin, sintiéndose uno orgulloso por estar viendo un show de primer nivel mundial.

Tal vez el primer cuadro genera incertidumbre, pero ya es con la segunda escena y con la aparición de todos los freaks (Pinocho, Tres Chanchitos, Peter Pan, Lobo Feroz, Patito Feo y Caperucita, entre otros), que uno se relaja y se dispone a disfrutar de algo único. La música, el vestuario y la destreza tanto vocal como física de los actores, queda claro en los primeros minutos. Ahí nada es improvisado. Y como un sistema de relojería suiza, todo funciona a la perfección.

Pablo Sultani es Shrek, Mela Lenoir, Fiona; Talo Silveyra es el burro y el genial Roberto Peloni, Lord Farquaad. Un póker de artistas que llevan el musical en la piel. Y si sus líderes son la excelencia, el resto en su afán de ponerse a la altura, también brillan. De hecho, lo momentos más logrados, son cuando están todos juntos, demostrando que el pequeño escenario del Maipo, no los incomoda. Una precisión quirúrgica para moverse, ir y venir, que uno tiene sólo que comprar la historia.

Todos son los puntos a favor de la obra en sí, pero sobre todo el vestuario y la escenografía, nunca dejan de deslumbrar. Solo un parpadeo de telón, para que aparezca el paisaje más inverosímil. Un dragón inédito y efectos sonoros y lumínicos, en más de un pasaje, asombran. Y en su epílogo, cuando la selección de freaks  vuelve a aparecer y se manifiesta como Los Miserables, la obra roza la perfección.

Shrek es un musical de lujo para nuestra cultura teatral y se agradece que se ponga en cartel. Con intérpretes de primer nivel actoral, la visión esclarecedora de su directora Carla Calabrese y la exhibición musical de Gaby Goldman. Para disfrutar y dejarse sorprender por la magia de un musical traído en exclusiva del verdadero mundo de las fantasías. Una joya que queda en nuestra memoria por siempre.

Por Mariano Casas Di Nardo

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