miércoles, 25 de abril de 2012

100% Burbujas.


A priori uno piensa que lo que va a ir a ver al teatro El Cubo es distinto a todo. Y pasada la hora de obra, se convence de haber estado en lo cierto. Que, tal vez, nunca más se vaya a ver algo así sobre un escenario. Y no porque sea malo o aburrido, todo lo contrario, porque una obra que rija todo su arte en burbujas, en jabón y música clásica, no es común. Pero este español llamado Javier Urbina tiene la habilidad física y capacidad gestual para hacer burbujas de todos los tamaños y formas sin perder el ritmo. Y eso ya lo convierte en un distinto. Como su show.

Acompañado por música que hace de plafón a sus destrezas, la obra va creciendo tanto en emoción como en los tamaños de las burbujas, hasta llegar a enormes esferas que encierran todo, hasta a un espectador. Con humo o de colores, estas burbujas no dejan de crecer y de fomar figuras. La imagen de una burbuja explotada y suspendida en el aire, ya es de por sí, un espectáculo aparte.

100% Burbujas es una obra made in España y por lo visto probado y premiado en el viejo continente. En síntesis, un show de primer nivel, en pleno Abasto porteño, para que los chicos de nuestra ciudad, se emocionen con burbujas más grandes que ellos y que nosotros. Para disfrutar en familia y sorprenderse en conjunto.

Por Mariano Casas Di Nardo

Un ovillo con pelusa.


La compañía "El Nudo" presenta la historia de una ovejita juguetona e inexperta, llamada Pelusa, que experimenta uno y otro periplo por buscar a su ovillo perdido.

Presentado en formato de títeres, el cuento progresa por los techos de una casa familiar, entre los tejidos de una simpática abuela y en una biblioteca con libros mágicos. La presencia visual de los titiriteros, le da la cuota de veracidad para entender que nos cuentan una historia, como otrora lo hacían nuestros padres.

Un ovillo con pelusa se está presentando todos los sábados y domingos a las 16hs., en el Centro Cultural de la Cooperación. Con una duración de aproximadamente cincuenta minutos, la obra se presenta como una interesante y divertida opción para llevar a los más chiquitos al teatro.

Por Mariano Casas Di Nardo

jueves, 19 de abril de 2012

Qué vida de m… Mujeres!

Tres mujeres, tres personalidades distintas pero que convergen en un punto, en el género femenino y sus azares. En esta historia, Sol, Paloma y Marina son tres chicas (mujeres) que cuentan las histerias que padecen por ser de su condición. Sus relaciones con el trabajo, con el sexo opuesto y con la tecnología, sobre todo con el mundo Facebook.
Sol es una bomba detonada, que luego de sus dos hijas vio cómo su cuerpo y su sex appeal se le escurrieron por sus delineadas piernas. Su autoestima serpentea por el piso y el mundo parece venirle encima cuando las cosas se le dan al revés, culpa de un azar negativo y de su poca intensión de mejorar. Por otra parte, está Paloma, quien desgastada por su trabajo en un Call Center, agrupa todos sus pesares en un mismo ringtone. Su perversa relación con su monótono trabajo, la corre de un sistema que exige belleza y predisposición mil. Y en las antípodas de las preocupaciones y de las debilidades femenina por la lupa masculina, está Marina, una astróloga que tiene un pesar fijo: Facebook. Una tecnología que se interpone entre el aura que emerge de sus cartas astrales, pero que aun así, puede más. Su descripción sobre los perfiles y muros de la red social más grande del mundo, son los puntos más altos de la obra.
Vestidas de tres colores distintos entre sí, Sol es el rojo fuego; Paloma el amarillo intrascendente y Marina el azul oscuro; estas chicas poco poderosas, muestran una faceta bien diferente, aunque interponen fuerzas en su desesperada lucha contra los hombres y el amor que nunca llega.
No es una bajada de línea al espectro masculino, tampoco es una alegoría al complicado mundo femenino; sí es la unión de tres mujeres que en el fondo se saben perdidas y que lo demuestran a cuenta gotas.
El humor rige la propuesta, la ironía condimenta cada comentario y la desidia, pavimenta un par de caminos; pero no es un libro ni devastador, menos esperanzador. Solo la última canción de Bebe, “Ella”, muestra que aún así, en la decadencia planteada, tienen ideales por los cuales sonreír. Porque aunque el mundo amoroso se les muestre borroso y se sientan solas, se tienen una a la otra.
La presencia de la infartante Brenda Fabregat, muestra que la fortuna femenina, no es cuestión de medidas 90-60-90, sino de actitud. Porque ella monologuea sus pesares a partir de su explícita belleza. Un guiño que deja en claro que, Qué vida de m… Mujeres!, no se trata de estereotipos clásicos ni de un libro obvio como “a las lindas les va bien y a las feas y neuróticas, mal”; sino de algo más convulsionado como es la unión de tantas independencias establecidas.
Completa la escena, Tomás Villarrazo, quien con su teclado, pone música y atmósfera en vivo.
Para reír, pensar, reflexionar y hacer causa común, con estas tres alienadas mujeres, que con sus estresadas psiquis, hacen lo que pueden.
Por Mariano Casas Di Nardo